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¿Se acuerdan cuando empecé a preocuparme a partir del día en que no pude salir en la grabación por que mis vellos brillaban? Pues bien, aunque había aprendido a vivir con los vellos, no me acostumbraba a lidiar con los problemas que surgían cada vez que decidía removerlos.
Intenté la cera…dolió y me irritó al punto de llevar puestos pantalones largos hasta que mi piel se viera pasable.
A pesar de la mala experiencia con la cera, una día vi el kit en la farmacia para realizarlo en mi casa… procedí a comprarlo por que, para ese entonces, era una solución a mi conveniencia y a mi ritmo, so why not? Saqué un calderito y puse a calentar la cera en la estufa…(seguí las instrucciones de la cajita)… me despisté y la cera calentó, hirvió y la cocina se incendió. De más está decirles que me enteré cuando era muy tarde y el olor a fuego llegó hasta mi cuarto. Gracias a Dios, no se quemó toda la cocina, solamente dos gabinetes de arriba…entre mis hermanos, mami y yo, apagamos el fuego y las ganas de usar cera quedaron apagadas para siempre…rotundamente me dije que la cera no era para mí.
Llegaron las vacaciones y visité el estado de Arizona. Podía dejar cualquier cosa en Puerto Rico, sin preocuparme demasiado, pero en mi maleta tenían que acompañarme las pinzas, las navajas y alguna cremita que me ayudara a aliviar el dolor y el rash después de mi eterna afeitada diaria. Una de las tardes libres de mi agenda del viaje, vi un lugar que leía: “SAY GOODBYE TO UNWANTED HAIR FOR EVER WITH LASER HAIR REMOVAL”. Entré y salí siendo una nueva persona. No experimenté dolor ni vi reacción alguna en mi cuerpo durante semanas, a parte de los beneficios de una piel suavecita. Hubo una Mangui antes de ese viaje y otra después.
Internalizando el resultado que obtuve con tan solo una visita, fue que pensé…quiero que mis hermanas, mis amigas y todo Puerto Rico, experimenten y disfruten de esto; vamos a entrenarnos y trabajar en ello.
Hoy día, el temita de los vellos, no cruza mis pensamientos, bueno sí, para contarles. No compro una navaja hace muchos años, no uso pinzas, decoloración ni nada que tenga que ver con eliminar o disimular la presencia de los vellos. Hoy me visto y sigo andando, cómoda en mi propio cuerpo, como debería de haber sido siempre. ¿Irritaciones, vellos enterrados, piel áspera? ¡Nada de eso! Haberme realizado depilación láser, un día normal, sin buscarlo, ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.
Aprendí que hay que parar de quejarse, buscar alternativas y probar cosas diferentes para ver cambios distintos y positivos. Eso incluye, saber cuándo uno puede hacer algo y cuándo uno debe buscar ayuda profesional y, para eso trabajamos todos los días, para que le confíes a tu piel, a las técnicas de Aba.
Sígueme en Facebook (https://www.facebook.com/ManguiAba/) pregúntame cualquier duda que tengas y compartamos juntos experiencias que nos han ayudado a sentirnos a gustito. Y recuerda, que nadie te diga qué hacer con tu cuerpo; investiga, pregunta, prueba y haz tu propia decisión, en cualquier aspecto en la vida (y ríete más tarde si con todo y eso, de la primera no funcionó , yo ando en esas).
Si aún no has leído la primera parte de mi historia, accede aquí: Mis Vellos p.1
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